TESOROS ARQUEOLÓGICOS DE RUMANÍA
Esta muestra presenta la historia cultural de Rumanía a lo largo de 1000 años, desde el siglo VIII a.C. al siglo VII d. C.
Fueron presentados en el Museo Arqueológico de Madrid, procedentes de unos 40 museos rumanos.

Imagen de una de las salas en las que se presentó la colección de Tesoros Arqueológicos de Rumanía en Madrid.

Cronología secuenciada de los distintos periodos culturales.

Cerámica tipo Basarabi, desarrollada en el periodo Hallstatt, procedente de un ajuar funerario. Del siglo VIII al VII a.C.

Estatua de un guerrero escita. Sibioara (Constanta), Siglos VI-V a. C.
Los habitantes basarabi estaban en contacto con otros pueblos vecinos, algunos pacíficos, como las tribus ilirias, que vivían en los Balcanes occidentales, con las que tenían intercambios culturales en el siglo VIII a. C.
En los siglos VII y VI a. C. aumentaron sus relaciones con tribus nómadas de las estepas, los escitas, que se instalaron en zonas de la actual Rumanía y Transilvania. De sus enfrentamientos surgió la necesidad de tener una milicia y armamento.
Durante los siglos VI al I a. C. la influencia griega se extendió hasta los Cárpatos y el bajo Danubio.

Casco. Gavojdia. (Timis) Siglos VI al IV a. C.

Dagas y espadas. Normalmente, en esta zona, la infantería lucha con dagas, lanzas y espadas. Usan escudos, y cascos y corazas de cuero. Los más importantes usan corazas y cascos de bronce.
Pero en la fase final de la cultura basarabi, siglo VI a. C. aparecen restos arqueológicos de un nuevo estilo de lucha a caballo, con arcos y flechas y espada corta de origen persa, conocida como akinakes.


Restos de ajuares funerarios, Ferigile, (Costest). Y collar y apliques de Procreaca y Cajvana. A la derecha ajuares funerarios de Sâncrai ( siglo VII) y Blaj (siglo V)

Selección de piezas de freno de caballos de Budureasca y Corteni y piezas del tesoro de oro geta de Baiseni- Cucuteni y del tesoro de plata de Craiova, ambos del siglo IV a. C.

Conjunto de accesorios de arnés. Stâncesti. Siglo V a. C. Parece que el caballo es una muestra del más alto status social y político y se le adorna con ricos arneses de bronce, plata y oro y a menudo, acompaña a su dueño al más allá.

Espada tipo akinakes y Casco de Cotofenesti, del siglo V a. C. es una muestra excepcional de las élites tracias, hecho principalmente de oro. La parte central está decorada con un par de ojos apotropaicos, común en los cascos geto- dacios de los siglos V y IV a. C.


Proviene de una ofrenda depositada en la cima de una alta colina, y por sus pequeñas dimensiones, hace pensar que era de un adolescente o, incluso, de una mujer guerrera. Decorado con escenas que representan el sacrificio de un cordero.

La civilización de los llamados getos, según los griegos y dacios, según las fuentes latinas, estuvo muy influida por las relaciones con los griegos, celtas o tracios, con los que interactuaron económica y políticamente, e incluso se menciona a un jefe geta, Burebista, en el siglo I a. C. El último rey independiente fue Decébalo, del siglo II d. C, que tuvo enfrentamientos con Trajano, antes de integrarse la Dacia en el Imperio Romano.

Selección de un ajuar funerario geta del siglo IV a. C. Peretu (Teleorman)

Casco de plata de Peretu, con el detalle frontal de los ojos del siglo IV a. C. Procedente del Museo Nacional de Historia de Rumanía, Bucarest.

La pieza más interesante de esta vitrina es un ritón, (a la derecha), Poroina Mare, (Mehedinti), del siglo IV a. C.

Detalle del ritón del Tesoro de Peretu. Se usaba para beber o para llevar agua.

Cabeza antropomórfica del Tesoro de Peretu. S. V a. C.

Selección del ajuar de una tumba principesca. Agighiol,(Valea Nucarilor), Tulcea. Siglo IV a. C.

Desde los siglos V al III a. C. se puede considerar la época de los príncipes dacios de oro y plata. Surgen las primeras dinastías por influencia de los basileus helenísticos. Este status aparece en los ajuares funerarios con grandes piezas militares, como espadas, cascos y ricos objetos como los mostrados anteriormente.

Umbo de escudo del siglo I a. C. Piatra Rosie. (Alun Bosorod) Hunedoara.



Daga curva, tipo sica y otros objetos procedentes del ajuar de la tumba de un caudillo geto- dacio del siglo II – I a.C. Cugir, (Alba)
Los geto-dacios desarrollaron una sociedad de jerarquía compleja. Estaba estructurada en tres grupos: guerreros, sacerdotes y gente común o libre. Más tarde, hacia el siglo I a. C. aparece una clase superior, llamada terabostes, nobles que usaban un gorro conocido como pileus. Luego estaba la gente de la tierra, los comati, que eran campesinos y artesanos, pero que, en caso de guerra, también luchaban.

Los dacios vivían en casas de madera y piedra, parcialmente excavadas y en superficie. Se dedicaban a la agricultura y a trabajos de artesanía, como la alfarería, tejidos y eran expertos en el tratamiento del hierro, lo que supuso una ventaja con respecto a los vecinos.
Estaban bien relacionados. Había gran demanda de mercancías de lujo procedentes de los talleres griegos y romanos. Las rutas comerciales se mantuvieron incluso hasta después de la conquista romana. A finales del siglo I, la Dacia estaba integrada totalmente, tanto económica como políticamente en el sistema romano.

Frutero, cuenco y vasos de los siglos II y I a. C. De Racos, Fundeni, Porolissum, y Ciolârvestii.
Sófocles menciona en su tragedia Triptolemos al rey dacio Charnabon. En el siglo IV a. C. otras fuentes escritas y arqueológicas mencionan a otros caudillos y reyes. En el siglo II a.C. se observa un aumento del poder dacio con el reino de Rubobostes y nos han llegado los nombres de otros reyes del periodo clásico, como Burebista, Comosicus, Koson, Scorilos, Duras- Diurpaneus y Decébalo. Eran monarcas que vivían en residencias fortificadas y acuñaban su propia moneda y tenían autoridad para dar decretos y prohibiciones. Participaron en conflictos y relaciones internacionales, incluso de Roma.

Tesoro dacio. Estáteros dacios del rey Koson de oro, siglo I a. C. procedentes de Sarmizegetusa Regia, (Grâdistea de Munte, Orastioara de Sus. Hunedoara)

Brazaletes reales de oro del tesoro dacio del siglo I, Sarmizegetusa Regia.

Restos de un vaso para víveres, tetradracmas griegas y depósito de cuños monetarios. Tilisca, Sibiu, siglo I a. C. al siglo I d. C.

Adornos de oro y plata (siglos II y I a. C), Capaina, Alba, y un anillo ( siglo I a. C) Poiana, Galati, procedentes de una tumba dacia.

Recreación de la ceremonia funeraria de un jefe militar geta de Popesti, (Giurgiu). Siglo I a. C.
Los objetos de los ajuares funerarios, que solían ser de oro y plata en los siglos V y IV a. C. se van sustituyendo por otros de bronce y hierro en los siglos II y I a. C.
En estos siglos, los objetos de oro se reservan al clan real y las vajillas para banquetes y otras vasijas marcan la posición social de sus dueños, la mayor parte de ellas decoradas con motivos geométricos y florales. Algunas tienen decoraciones con cabezas zoomorfas. La plata era signo de la aristocracia dacia. Los artesanos metalúrgicos dacios eran auténticos maestros en la decoración con plata y el forjado a fuego.

Herramientas del taller de un herrero dacio. Ziridava- Santul Mare (Pecica, Arad) Siglo I a. C. al siglo I d. C.

Ritón, vaso ritual y máscara del siglo I a.C.

Vasos para libaciones y estatuila. Carlomanesti, (Vernesti, Buzâo). Siglo I a. C.

Selección de adornos dacios de plata. Tesoro de Lupu, Cergâu, Alba. Siglo II- I a. C.

Fíbula, apliques de cinturón y vaso dacios, del siglo I a. C.

Selección de adornos dacios de plata. Localidad desconocida del suroeste de Rumanía, Oltenia, Banat,( sur de Transilvania). Siglos II al I a. C.

Brazalete. Tesoro de Senereus, (Balauseri, Mures). Siglo I a. C. Y y piezas de platería dacia del Tesoro de Sancraieni, (Harghita) Siglo I a. C.

Recreación del recinto sagrado de Sarmizegetusa Regia. Todas las clases sociales dacias participaban en una rica vida espiritual, según revelan los hallazgos arqueológicos en una variada serie de monumentos. Practicaban una religión politeísta con ritos específicos sobre la vida y la muerte, que requerían de la existencia de templos, sacerdotes, e incluso sacrificios humanos. Los principales dioses eran Zamolxis, Zalmoxis, Gebeleizis y Bendis. Además de la religión oficial, había una serie de creencias, ritos mágicos y brujerías, dependiendo de las zonas.
Los celtas entraron en el territorio de la actual Rumanía en el siglo IV a. C. Eran comunidades de unos pocos individuos, de 15 a 25 personas, que vivían de la agricultura y por eso, los asentamientos estudiados se asentaban en terrenos fértiles, en terrazas de ríos y prados, aunque sus necrópolis se asentaban en terrenos más elevados, visibles desde los asentamientos. En los cementerios celtas se han encontrado signos que marcaban la posición social, como el espectacular ajuar funerario del caudillo Ciumesti.

Ajuar de una tumba celta femenina. Fântânele. Liuvada. Siglos III- II a. C.

Reproducción de un guerrero celta cazando un jabalí.

Casco celta coronado con un pájaro articulado.
Otro pueblo fueron los bastarnos, una población de origen germánico, que, a partir del siglo III a. C. se establece en el territorio comprendido entre el río Siret y el Dniéster medio. Los bastarnos, según Plutarco, no sabían labrar la tierra, ni navegar, ni cuidar ganado. Solamente se preocupaban por la guerra. Así, unas veces eran aliados de los dacios y otras enemigos. Es la que se conoce como Cultura Poienesti- Lukaseuka.

Vasos procedentes de la Necrópolis de Poienesti. Dealul Teilor (Vaslui). Siglos II- I a. C.

Cuenco, collar y soporte para fogón de Poienesti y Borosesti. Siglo II – I a. C.
También tuvieron contacto con los comerciantes griegos que, desde el siglo VII a. C. exploraban las costas occidentales del Ponto Euxino, estableciendo puestos comerciales en la costa del Mar Negro y que más adelante, se convertirán en ciudades como Histria, Tomis o Callatis. Estos centros productores griegos fueron muy importantes porque funcionaron como intercambio no solo de productos, sino de cultura entre griegos, dacios y escitas. intercambiaban trigo, miel, cueros, ganado, pescado y esclavos.

Estatuillas de terracota, hucha, lámpara y collar y aretes procedentes de Histria , Callatis y Tomis, de finales del siglo IV y III a. C.


Calpis de Callatis, estatuilla de Histria y aretes de Dobruja. Siglos IV al III a. C. A la derecha, lucerna, hucha vaso y estatuillas de terracota de Eros y femenina de los siglos IV, III y II a. C. procedentes de Histria, Callatis y Tomis.

Pélice del siglo IV a. C. y vaso del siglo VI a. C. de Histria, y anforisco, del siglo V a. C. de Dunabatu de Sus, Tulcea.

Después de las Guerras Dacias, los romanos incorporan estos territorios al Imperio como la provincia de Dacia. El resto de los territorios conquistados se incorporaron a la Moesia Inferior.
El ejército, los colonos, atestiguados de todos los lugares del Imperio, y la administración contribuyeron a una rápida romanización. Las ciudades jugaron un papel fundamental.
Los romanos toleraron cualquier culto y religión autóctona, como en otras partes del Imperio.
En el siglo III d. C. los ataques germanos, por el norte, obligaron a los romanos a abandonar la provincia de la Dacia en tiempos del emperador Aureliano. Aún así, permaneció una población de habla latina y costumbres, que se van a conservar en los siglos siguientes.

Pilastra funeraria. Micia, (Mintia, Vetel, Hunedoara) Siglo II-III d. C.
Los emperadores hispanos Trajano y Adriano llevaron legiones para asegurar la administración de la Dacia. Estas legiones incluían a muchos soldados hispanos. En Micia estaba la guarnición del Ala I Hispanorum Campagonum. En Hoghiz el Ala I Asturum, y en Slaveni el Ala I Hispanorum. También la Cohors I Bracarorum y la I Bracaroaustanorum equitata y otras muchas.

Ladrillo sellado con representación de un soldado de la II Cohors Hispanorum. De la zona de las Puertas de Hierro del Danubio. Siglo II d. C. También un pasatirantes de arnés, de Apulum, Alba., del siglo I-III d. C. A la derecha, Cnémida, para protección de las tibias, de Giulesti, Bucarest. Siglos I- II d. C.

Casco, del Castro de Berzovia, (Caras, Severin), del siglo II d. C.

Máscaras para casco de desfile de caballería. De Carsium y Cincsor, Siglo II d. C.

Tablilla encerada con escritura latina cursiva, de Alburnus Maius, (hoy Rosia Montana, Alba.) Del siglo II d. C.
En Dacia se utilizaba principalmente el latín. En las ciudades de la zona de Moesia, se utilizaba el griego y el latín. Estas tablillas fueron descubiertas en las galerías mineras romanas de Rosia Montana.

Tablilla de bronce. Lex troesmensium, Troesmis, Tulcea. Siglo II d. C.

Estatuillas representando a diosas. Hécate, Tomis, siglo I d. C. Diana y Venus. Giorgiu y Tomis. Siglo II d. C.

Estatuas del dios Mithras Petrogenitus, Colonia Ulpia Traiana, (Hunedoara). Siglo II-III d. C. Derecha, Estatua del dios Liber Pater, Apulum, Alba, siglo III d. C.

Estatua de Hércules, Apulum, Alba Iulia, Alba. Siglo II d. C.

Recreación del puente romano de Drobeta, sobre el Danubio por Radu Oltean.
Durante los primeros años de la administración romana, se consolidaron las rutas comerciales seguras y un mercado interior. Las ciudades y ferias producían bienes de consumo y existían fuertes vínculos con los productores locales y artesanos.

Situla de Badila (Tulcea), siglo II d. C. Pátera, de Tomis, siglo II d. C. Cazo de Cristeti, siglo I- II d. C.

Ajuar de una tumba tumular romana en Histria. Siglo I d. C. Cuenco, Tomis. Ungüentario, Alburnus Maior, Alba. Vasos de vidrio de Callatis.

Balsamarios, Barbosi, (Galati). Siglos II y III d. C. Cuenco de Noviodunum, siglo II d. C. Estatuilla de león, Porolissum (Salaj) del siglo II d. C. Figurilla de lechuza y aplique de mobiliario del siglo II d. C.




Moldes para vajilla y lámparas de terra sigilata, jarras, vasos, copas, candelabro, lámpara con soporte, lámpara exvoto, y linterna. Siglos II y III d. C. Derecha, Cantimploras.


Estatua del dios Glykon, Tomis, siglos II al III d. C.

Relieve votivo representando a un jinete tracio. Gilau o Garbau, (Cluj). Siglos II- III d. C.

Relieve votivo representando al dios Apolo. Apulum, (Alba Iulia). Siglo II d. C.

Retrato de un noble dacio cautivo. Foro de Trajano en Roma. Siglo II d. C.

Estela funeraria. Tomis, (Constanta). Siglo II d. C.

Estela funeraria. Tomis (Constanta). Principios del siglo III d. C.

Estela funeraria. Tomis (Constanta) Siglos II-III d. C.

Reloj solar. Cumpana. (Constanta). Siglo II d. C.

Aplique con Ménade, estatua de Júpiter, estatuilla de Serapis. En el centro, estatua aplique con la diosa Victoria, de Colonia Ulpia Traiana, Hunedoara, siglo II d. C. Y a la derecha, estatuilla de Fortuna, estatuilla de Minerva, estatuilla de la diosa Libera, estatuilla de Lar y otra de Júpiter.
Hubo una intensa vida religiosa. Hay constancia del papel que la religión y la espiritualidad jugó en las dos provincias romanas y han quedado numerosos vestigios, como vemos tanto de estatuas y más de 1500 inscripciones, como de más de 150 templos. Hubo gran difusión del panteón grecolatino mezclado con divinidades orientales y egipcias, junto a las tracio-moésicas y celtas.

Estatua de Venus, y estatua de Marte, Potaissa (Turda, Cluj). Siglo I- II d. C. Y pequeña estatuilla de Eros, Micia (Hunedoara), siglo II d. C.

Estatuilla de Eros. Alburnus Maius, (Alba). Siglos I – II d. C.

Izquierda, relieve votivo o matriz. Gheria (Cluj) Siglos II- III d. C. En el centro, aplique con Gorgona Medusa, Colonia Ulpia Traiana, (Hunedoara), siglo II d. C. Y delante, plaquitas votivas. Germisara, (Hunedoara), siglo II d. C. Derecha, relieve votivo de Dacia Inferior. Siglo III d. C.
La civilización romana en Dacia fue especialmente urbana. Cada asentamiento o nueva ciudad quería parecerse a Roma en el siglo II. Incluso, la ciudad de Romula, o Pequeña Roma, al sur de la Dacia, lleva su nombre.

Selección de ajuares funerarios. Adornos romanos de plata de los Tesoros de Atel y Balacita, siglos II y III d. C. Los romanos de la Dacia querían ostentar y les gustaba vestir bien y llevar adornos, que casi siempre se llevaban a la tumba.

Anillo de Micia, Mintia, siglos II- III d. C. Collar y colgante de Drobeta, del siglo III d. C. Ajuar funerario de Olimp, (Constanta) siglo II d. C.

Fíbulas de Oltenia y Alburnus Maius, del siglo II d. C. Marcos de espejo, de Sucidava, (Corabia, Olt) siglo II. d. C. y Novidunium, también del siglo II d. C. A la derecha, pulsera de Galati, del siglo II-III d. C.
Alrededor de las fronteras vivían pueblos dacios libres y otras tribus de vándalos, carpos y costobocios, godos y sármatas, que a veces tenían buenas relaciones con los romanos y otras entraban en conflicto.

En el siglo I d. C. los dacios del norte entraron en contacto con las tribus germanas del norte, los vándalos, pueblos itinerantes que formaban la Cultura Przeworsk. Así, no solo se alteró el cuadro étnico regional, sino cambios sociales, formándose un entorno cultural bárbaro.

Ajuar de una tumba vándala. Mediesu Aurit, (Satu Mare), siglos II-III d. C. y Fíbula Culciu Mare, siglo III d. C.

Aplique. Berveni. (Satu Mare). Siglo III d. C.
Los costobocios, rama norte de los dacios, hicieron incursiones en territorios del Imperio hasta Grecia. El ataque más importante fue en el 170. Su cultura material se asocia con la Cultura de Lipita.
Los carpos, desarrollaron una cultura material propia de cerámica de tradición dacia, y se aliaron con los godos, enfrentándose al Imperio.
Los dacios libres del sur están representados por la Cultura Chilia Militaris, muy influenciada por los romanos.

Izquierda: Tesoro de vajilla romana de plata. Muncelul de Sus. Siglo II- III d. C. Y dos pulseras, de Dersca y Sabaoani. Siglos II y III d. C. También, cántaro, colgantes, (siglo IV), píxide y fíbulas ( siglos II- III d. C.).


Por el Bajo Danubio entraron dos grupos de raíces iraníes en el siglo I d. C. Al oeste se asentaron los sármatas yacigios, en la llanura del Tisza, Al este, los sármatas roxolanos, en Moldavia y Valaquia. Ambos grupos se establecieron bajo el control del Imperio Romano.
Los únicos restos que quedan son sus tumbas. Inhumaban los cuerpos, con sus ajuares funerarios más bien modestos, como dagas cortas, con el pomo rematado con un anillo, cerámica elaborada a mano, accesorios de indumentaria, collares de cuentas y espejos con el símbolo tamga.


La influencia del Imperio generó nuevos cambios en la manifestación del estatus de las nuevas élites sármatas. A partir del siglo II, aparecen enterramientos en túmulos elevados con ajuares funerarios más ricos, sobre todo en mujeres. Un ejemplo se ve en la imagen, con objetos y collar de oro hallados en Sannicolau Mare, ( Timis) Finales del siglo I d. C.

Tesoro de Buzau. Siglos I- II d. C.

Piezas del ajuar de una tumba sármata. Vitanisti (Teleorman). Siglos II-III d. C.
La forma de vida romana se mantuvo después de Aureliano en las dos provincias en que se dividió la Dacia, la Dacia Ripensis y la Dacia Mediterranea. Aunque la administración romana se retiró, las costumbres se mantuvieron hasta por lo menos el siglo VII d. C. El Cristianismo jugó un papel muy importante. Los territorios del norte del Danubio formaron parte del Imperio de Oriente. Se construyeron basílicas como en Slaveni, Drobeta y Sucidava.

Balanza, jarras, selección de piezas de una tumba de un soldado de caballería romano en Carsium, del siglo IV d. C. fíbula siglo V , hebilla del siglo VI, y sítula del siglo VI d. C.

Ánfora procedente de Histria, (Constanta) del siglo VI d. C.

Selección de ajuares, adornos y collares bizantinos, y tardorromanos. de los siglos II- IV al VI d. C. procedentes de Histria (Constanta) y Tulcea.

Inscripción funeraria de Tomis, siglo VI d. C. Vaso para agua lustral, de Ibida, (Tulcea) siglos VI-VII d. C. Inscripción con los nombres de los mártires cristianos Cyrillos, Kyndeias y Tasios, de Axiopolis,(Constanta) siglo IV d. C.

Pila bautismal, incensario, lámpara de iglesia, lucerna, lámpara, lucerna, tesoro de platería litúrgica, cantimplora de peregrino, y selección de tesoros y monedas de plata bizantinos. Siglos IV al VII d. C.

Candelabro de iglesia consagrado por Zenobius. Biertan, (Sibiu). Siglos IV al VI d. C.

Selección de ajuares funerarios, de Bârlad, Vaslui, siglo IV d. C. Fusayola y tubo porta agujas, del siglo IV d. C. Peine y conjunto para juegos de azar, también del siglo IV d. C.
Estos siglos, del IV al VII d. C. se caracterizan por un gran número de poblaciones que se mueven, desde los hunos, que no dejan apenas restos arqueológicos, hasta los godos, vándalos y alanos, que se desplazaron hasta la Península Ibérica atravesando toda Europa.

Ajuar de la tumba de un guerrero Gépida, (Bihor), siglo V d. C. Anillo, remaches, siglos III y V d. C. Puntas de lanza, (de Bratei y Mures) siglo VI d. C.

Copas de vidrio soplado y arcilla, de Barcea, Botosani, Buzau, y Bârlad, del siglo IV d. C.
Al norte del Danubio, en las fronteras del Imperio, las fuentes relatan una serie de pueblos bárbaros como los hunos, godos, gépidos, eslavos y ávaros. Solo parece que en la zona de Transilvania, en las necrópolis de inhumación, aparecen restos de cerámica trabajada con torno, con decoración pulida o estampada. De los hunos y godos se conservan calderos de bronce y tiaras de oro.
En el medio y bajo Danubio aparece la Cultura de Sântana de Mures- Cherniajov, que muestra una sociedad con características parecidas a las romanas, que, en los siglos VI y VII muestran una clara influencia bizantina y cristiana.


Enócoe, de Tauteu, (Bihor), siglo V. d. C.
La influencia del Imperio Bizantino se ve reflejada en las sociedades de la zona del Danubio, que quiere dar muestras de lujo, aunque con una decoración más pueblerina.

Tesoro de Pietroasa, encontrado en 1837. Del tesoro original de 22 piezas, solo se recuperaron 12.

Selección de piezas del Tesoro de Pietrosaele, (Buzau) del siglo V d. C.


Adornos de oro, con forma de ave, hechos a mano y con incrustaciones de granates, para vestido femenino. Derecha, pátera de oro, un plato ceremonial adornado con frisos concéntricos, que enmarcan una figura femenina central, sentada. El friso principal, más grande tiene repujadas dieciséis figuras que representan un cortejo pacifista.


Reproducción de cómo se usaban estos adornos y también de la indumentaria masculina. Los vasos eran de uso exclusivamente personal y decorados al gusto, algunos con láminas de oro, como los encontrados en Apahida (Cluj).

Elementos del ajuar de una princesa germana, en plata y plata dorada. Potaissa, Turda, (Cluj). Primera mitad del siglo VI d. C.

Troqueles de un taller de orfebre, molde y cruz y una cucharilla. Siglos V- VI d. C.

Diadema, Gheraseni (Buzau). Siglo V d. C.

Selección de piezas de las tres tumbas principescas germanas. Apahida, (Cluj). Siglo V. d. C.

Ajuar de la tumba de una princesa germana. Floresti, (Cluj). Siglo V d. C.
-Ilustraciones: Radu Oltean.
–Pido disculpas por no poder escribir correctamente los nombres rumanos, al no disponer de algunos caracteres en mi teclado.
Fascinating presentation! I’m so proud to be among your friends! Thank you Carmen
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Multumesc!!!
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Una presentación muy detallada, que me impresionó mucho. Gracias Carmen por tu trabajo. Felicidades. Abrazo.
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Muchísimas gracias, Angélica.
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Felicitaciones por apoyar la exposición del tesoro arqueológico rumano. ¡Gracias!
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Siempre que visito algo así, me parece un crimen que solo se pueda ver por un corto espacio de tiempo. Hay tantas personas que no han tenido la oportunidad de ver esta exposición, que me parece de justicia reproducirla, dentro de mis limitaciones, por supuesto. Un saludo.
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