ERTA ALE Y DESIERTO DE DANAKIL

El Monte Erta Ale, situado entre Etiopía y Eritrea, es un volcán activo, y el único volcán terrestre bajo el nivel del mar , que posee el único lago de lava permanente del mundo.

Erta Ale es un escudo volcánico basáltico, localizado en la región de Afar, dentro del Desierto de Danakil. Tiene una altura de 613 m y se encuentra en erupción desde 1967.

Lago de lava del volcán Erta Ale, con depósitos minerales de colores impresionantes, lagos sulfúricos y manantiales de azufre burbujeante que completan el asombroso espectáculo de su lago de lava.

Dallol es un campo de cráteres freáticos de tipo «maar» en la inhóspita llanura salina al noreste de la sierra de Erta Ale, en una de las zonas más desoladas y calurosas de la depresión de Danakil. El río Awash llega hasta allí, para morir sin poder llegar al Océano Índico. Los cráteres de Dallol son los conductos de magma subaéreos más bajos del mundo. El cráter más reciente se formó durante una erupción freática en 1926 y configuró un paisaje con manantiales de azufre caliente verdes y amarillos de aspecto extraterrestre.

Se formó por la intrusión de magma basáltico en los depósitos de sal del Mioceno y la actividad hidrotermal posterior, mientras que otros cráteres de erupción salpican los salares cercanos. Estos cráteres son los respiraderos volcánicos subaéreos más bajos del mundo, a 45 metros por debajo del nivel del mar.

El término Dallol fue acuñado por los afar y significa disolución o desintegración, describiendo un paisaje formado por estanques verdes y ácidos , óxido de hierro, azufre y llanuras de sal.

Algunos puntos de esta región tan árida se sitúan hasta 150 m por debajo del nivel del mar, funcionando prácticamente como una caldera que atrapa el calor. Tiene un clima desértico , con temperaturas que a veces superan los 63º C y con un promedio anual de entre 41ºC y 46ºC, superándose siempre los 34ºC.

Debido a los vapores tóxicos que emanan del cráter, no hay vida en los charcos salados e hiperácidos de Dallol, a excepción de unos cuantos microbios.

Hay que decir que existen muy pocas personas capaces de soportar tales temperaturas y tal medio. Pero hay una excepción, el pueblo Afar, algo menos de un millón y medio de personas, que viven entre el nomadismo tradicional y el sedentarismo, entre la escasez de agua y la amenaza de la desnutrición, en un auténtico infierno de sal y azufre.
El pueblo Afar, tiene la capacidad para soportar el calor intenso, vive en la depresión de Danakil desde hace al menos dos mil años. Siempre han sido pastores nómadas, y los hombres de esta etnia eran bien conocidos por su ferocidad y su xenofobia. Se empezaron a convertir al Islam en el siglo X., así que la mayoría son musulmanes sunníes, aunque también practican la religión tradicional y creen en el poder de ciertos árboles.

Su prenda principal es el sanafil, una especie de falda. Algunos llevaban un cuchillo curvo y solían peinar largos tirabuzones. A veces se ungen el cuerpo con una grasa llamada ghee. Hablan una lengua cusita que pertenece a la rama de las lenguas afro asiáticas.

Sus viviendas, llamadas ari, se construyen con ramas y telas. Las trasladan regularmente en busca de fuentes de agua para sus animales, sobre todo durante la temporada seca. El conjunto de viviendas, núcleo de cada comunidad, recibe el nombre de burra. Apenas dejan rastro en los lugares donde se asientan. A pesar de la precariedad de sus chozas, resisten tormentas de arena y temperaturas extremadamente calurosas.
La base de su alimentación es la carne y sobre todo la leche caliente, con la que obsequian a los invitados.

Las mujeres afar se ocupan de buscar el agua, actividad primordial para su vida, encontrar leña, cuidar de los animales y de los niños. Si quedan viudas, no pueden trabajar la tierra, complicándose mucho sus vidas. Tradicionalmente, los hombres no se casaban hasta no haber matado a otro hombre. Era su forma de demostrar su valía. Las mujeres suelen casarse a partir de los 10 años. Practican la ablación. Se prefieren matrimonios entre primos.

Mercado afar. Los Afar se dividen en dos subgrupos: el Asaemara ”rojo”, formado por la nobleza que vive principalmente en el área de Assayita; y el Adaemara ”blanco”, compuesto por los de más baja categoría social que viven en las áreas del desierto. Están dirigidos por una especie de sultán.

La principal actividad económica del pueblo afar es la extracción de sal, que aún se corta a mano en losetas y se carga en dromedarios para su transporte. Son autónomos, es decir, que cada uno trabaja para sí mismo. Es habitual ver caravanas de estos animales hacia Tigray, por antiguos senderos haciendo un lento viaje. Se pagaba a buenos precios.

Muchos hombres afar caminan en fila, como sus dromedarios, por rutas alejadas de las carreteras a Yibuti. Por cada seis dromedarios, un hombre. Hoy en día hay una gran competencia. La comercialización en masa, con transporte en camiones que viajan por la única carretera que hay, la que une Addis Abeba con Yibuti, ha hecho que baje el precio.

Las tumbas afar, suelen hacerse de piedras amontonadas en forma circular o cilíndrica. Las que tienen piedras en disposición vertical indican que hubo una muerte violenta. Los cadáveres suelen enterrarse en el mismo lugar donde caen.
Hay que decir que el gobierno etíope lucha contra la falta de agua, enviando “ bidones amarillos” con agua, lo que facilita la vida a las mujeres, aunque éstas, a veces, se ven en la necesidad de caminar decenas de kilómetros con su hijo en brazos para asistir a una consulta de Médicos sin fronteras, que atiende a los niños con programas contra la desnutrición. Pero este personal sanitario no suele aguantar más de un mes y trabajan por turnos.
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